Había soñado con el Perú desde aquellos días de escuela en que mi maestra contaba con pasión y patriotismo la forma en que las fuerzas guerreras del norte, comandadas por Atahualpa batallaban contra las del sureño hermano: Huáscar. Y sí, pese a la turbia y densa manifestación de localidad presentada por mis maestros en primaria y secundaria, esa tierra de mágicas líneas aparecidas de la nada, de piedras con 8 lados perfectamente enmarcados en una inmensa pared, de cuartos llenos de oro hasta donde el brazo del español lograba levantar altura... esa tierra era la que deseaba conocer algún día...
Hoy, puedo darme el lujo de gozarlo de primera mano. Sentado en el mirador de un bello lodge, el Kon tiki, (http://www.kontikimancora.net) localizado en la loma más alta de Máncora, justo junto al mítico faro, me deleito con la frescura del aire oceánico peruano. De manera que, desde hoy, y por los próximos 14 días les narraré todo cuanto vea, perciba, oiga y sienta de esta maravillosa tierra. Como un cuento, como una bitácora... como un álbum de imágenes que durarán para siempre...
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Día 1: Quito - Machachi - Riobamba - Cuenca - Loja - Aguas Vedes
Tramo 1. Machachi - Calderón - Machachi
Luego de una jornada muy atareada en el trabajo en el día previo a mis salida de vacaciones, y siendo las 3h00 am del día de mi partida, debía aún trasladarme hacia el norte de Quito desde Machachi para retirar un par de elementos muy necesarios para mi viaje, y más importante aún, recibir la bendición de mi querida mami. Y claro, cargado con esa energía pasé la primera madrugada de mi período de vacaciones viajando por más de cuatro horas de polo a polo de la ciudad de Quito. Bastante irónico el hecho dado que mi destino era el sur, y sin embargo muy necesario. Además, tuve la ventaja de ver al majestuoso nevado Cotopaxi con sus 5897 msnm tan despejada que no quedaba dudas que este, sería mi primer gran espaldarazo para disfrutar de este viaje tan esperado.
Tramo 2. Machachi - P. N. Cotopaxi - Latacunga - Ambato - Riobamba
Al llegar a la Hostería PapaGayo (http://www.hosteria-papagayo.com/), lugar que actualmente administro junto con mi amigo Damián, la situación diaria era la misma, turistas que corren, desayunan y se preparan para partir a otra nueva aventura en los andes ecuatorianos. Yo sin embargo, me alistaba para comenzar la mía propia, DE forma que luego de un buen vaso de yogurth, estaba listo para ponerme en marcha junto con Cristina y Marisol, quienes serían mis primeras compañeras en este largo viaje. Tomamos pues el bus de la agencia de viajes Gulliver Expeditions (http://www.gulliver.com.ec/) y nos dirigimos hacia el sur por la Panamericana Norte (E-35) hasta el ingreso del Parque Nacional Cotopaxi dónde esperaríamos el bus con destino hacia Cuenca.
Tanto Marisol como Cristina, colombiana y Sueca respectivamente, habían intentado con todas las fuerzas de sus vidas llegar a la cubre del Cotopaxi un día antes, vaya reto! Sin embargo lograron su cumbre arribando a los 5600 msnm y rindiéndole tributo al coloso nevado. Luego de una jornada de descanso en PapaGayo, estaban listas para continuar su travesía hacia el sur del Ecuador, esto es Cuenca, de manera que me sumé a su compañía de forma que el trayecto sea más cortito de lo que en realidad llegaría a ser.
Luego de recorrer la Panamericana Sur del Ecuador por al menos 3 horas, arribamos a la terminal de buses de Riobamba, misma que sería nuestra escala con destino hacia la capital de los azuayos una hora después. Por tanto hora de lunch y receso!
Tomamos el bus de la cooperativa Santa con destino a Cuenca a las 13h00, originalmente no sería un viaje tan largo y sin embargo 5 horas y un poco más nos parecieron muy muy extensas... Para rescatar, los paisajes de la serranía ecuatoriana, tan maravillosos y bellos, acompañaron nuestra tarde de películas, musica y lecturas...
Tramo 3. Cuenca.
Uno escucha y escucha lo mismo siempre: El primer trato al cliente es lo que decide si el mismo se queda o no en tu negocio. Y cuando Cristina y Marisol hablaron con aquella recepcionista de la Hostal La Posada del Río, sencillamente se llevaron una ingrata sorpresa. Con un tajante negativismo, impaciencia y mal humor, las dos chicas sencillamente salieron huyendo del sitio. Solución: cinco casa más abajo una pintoresca casa colonial convertida en hostal les abrió sus puertas con un mucho mejor trato! Y trato hecho! Luego, a caminar por las antiguas calles del casco colonial cuencano, grata compañía, lindas construcciones, pero el tiempo se acababa...
La despedida, triste pero emocionante de este dúo de montañeras de las cordilleras del Ecuador, que incluso consiguieron modificar mi itinerario. Nueve de la noche y prisa para el siguiente destino: La frontera.
Tramo 4. Cuenca - Loja - Aguas Verdes
El cambiar de planes a último momento siempre tiene sus pro y sus contra. En efecto muchas veces puede provocar que un plan medianamente elaborado se cargue de adrenalina y se potencialice... en otras ocasiones, obviamente, también puede echar abajo el trabajo de preparación pormenorizado que se hizo con anterioridad. Ayer se dio el primer caso. El haber compartido con Cristina y Marisol sencillamente me enfocó nuevamente en la idea básica de esta salida, la aventura. Jamás hubiese pensado en pararme en la mitad de la panamericana o hacer trasbordo en Riobamba... incluso partir desde Cuenca con un destino diferente al planificado... y luego de todo, estoy feliz con haberlo hecho... porque me di una de estas vueltitas de recarga de baterías necesarias. Había estado muy bajoneado los últimos días, pero toparse con dos niñas en pleno viaje y con tantos ánimos definitivamente me reanimó y obligó a poner la mejor actitud al viaje venidero... eran las 03h30 cuando llegamos a la frontera.
El paso por la frontera no es difícil la verdad; a pesar de que el encargado de entregarme el formulario me despierta bruscamente y medio despierto medio dormido voy llenando el mismo. Luego bajada a canjear las atrjeta de salida del país por la de entrada, para los que no sepan, es la forma de control de migración vía terrestre, de manera que olvidarse la cédula de ciudadanía es una soberana estupidez!
Luego, y a pesar de la oscuridad, la primera gran diferencia entre Perú y Ecuador es el paisaje. Es increíble que tan solo en pocos kilómetros se pase del verdor y de la exuberancia de la costa ecuatoriana a tierras secas solo adornadas por algarrobos. De esto ya sabía y me alistaba a apreciar las bellezas del desierto, de las que no puedo gozar en mi tierra...
Ricardo Xavier.
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